Los estilos de comunicación: Pasividad, Asertividad y Agresividad

estilos de comunicación

La comunicación es la piedra angular de nuestras interacciones cotidianas, un factor determinante en la calidad de nuestras relaciones personales y profesionales. Para comprender y mejorar nuestras habilidades comunicativas, es esencial explorar los diversos estilos de comunicación que influyen en nuestras interacciones diarias. En este artículo, nos sumergiremos en tres estilos de comunicación específicos: el pasivo, el agresivo y el asertivo.

Estilo de Comunicación Pasivo

El estilo de comunicación pasivo, también conocido como inhibido, se caracteriza por la renuencia a expresar opiniones, deseos o necesidades de manera clara y directa. Con una tendencia a anteponer las necesidades o deseos de los demás a los suyos propios. Las personas que adoptan este estilo a menudo evitan el conflicto, pero lo hacen a expensas de su propia autenticidad y satisfacción personal. La pasividad puede dar lugar a malentendidos y a una falta de claridad en las relaciones, ya que las necesidades subyacentes no se comunican abiertamente.

El enfoque pasivo puede traducirse en falta de autenticidad y contribuir a la acumulación de resentimientos no expresados. Las relaciones, en este caso, pueden volverse unidireccionales, dejando al individuo pasivo sintiéndose marginado y poco valorado.

La pasividad puede dar lugar a malentendidos y a una falta de claridad en las relaciones, ya que las necesidades subyacentes no se comunican abiertamente.

Detrás del estilo de comunicación pasivo podemos encontrar:– Miedo al conflicto, al rechazo y al abandono, y una necesidad de complacer a los demás y ser queridos.– Experiencias tempranas en las que uno es castigado por expresar deseos, preferencias y necesidades propias.Falsa sensación de control, creo que voy a conseguir el amor de los demás si no me muestro “conflictivo”.

Estilo de Comunicación Agresivo

En el extremo opuesto del espectro, encontramos el estilo de comunicación agresivo, donde la expresión de opiniones y necesidades se lleva a cabo de manera dominante e impositiva. Las personas que adoptan este estilo pueden intimidar a los demás, imponiendo sus puntos de vista sin tener en cuenta las perspectivas ajenas. Este enfoque puede crear un ambiente tenso y poco colaborativo, generando resistencia y hostilidad en las interacciones.

El comportamiento agresivo a menudo aliena a quienes lo rodean, minando la posibilidad de construir relaciones sólidas y positivas. Las personas pueden sentirse desconcertadas o incluso amenazadas, lo que puede dar lugar a la falta de comunicación y entendimiento mutuo.

La agresividad puede ser una barrera para la verdadera comprensión y empatía. Aquellos que adoptan este estilo de comunicación pueden descubrir que, a pesar de lograr sus objetivos inmediatos, a menudo enfrentan resistencia y alienación a largo plazo.

Detrás del estilo de comunicación agresivo puede encontrarse:Comunicación agresiva por parte de los progenitores en la infancia que se termina imitando.– Aprendizaje de que sólo mediante la agresividad se satisfacen sus necesidades. Es posible que no se le haya atendido de pequeño si no es mediante la agresividad.– Forma de evitar mostrar vulnerabilidad y emociones como la tristeza o el miedo.

Comportamiento Pasivo Agresivo

La pasivo-agresividad, entre medias de un comportamiento pasivo y uno agresivo, se manifiesta cuando una persona expresa su desacuerdo, molestia o resentimiento de manera indirecta, evitando la confrontación directa. A primera vista, puede parecer que están siendo pasivos o incluso amigables, pero hay una capa subyacente de hostilidad que se revela a través de comportamientos sutiles y, a menudo, poco claros.

Este estilo de comunicación puede tomar diversas formas, como sarcasmo, elogios falsos, procrastinación o el uso de expresiones faciales y tonos de voz contradictorios. La persona pasivo-agresiva puede expresar su descontento de manera encubierta, lo que dificulta la identificación precisa de la fuente del conflicto.

Ejemplo: Imagina que estás trabajando en un proyecto en grupo y has dedicado mucho tiempo y esfuerzo para completar tu parte del trabajo. Al presentar tu contribución, un compañero de equipo te dice con una sonrisa: “Oh, qué sorpresa, realmente te has esforzado esta vez”.

Aunque las palabras elogian tu esfuerzo, el tono irónico y la expresión facial sugieren lo contrario, revelando descontento o sarcasmo en lugar de una apreciación genuina.

Estilo de Comunicación Asertivo

En el punto medio, se encuentra el estilo de comunicación asertivo, que busca un equilibrio saludable entre la pasividad y la agresividad. Las personas asertivas expresan sus pensamientos, opiniones y necesidades de manera clara, directa y respetuosa. Fomentan un ambiente de apertura y colaboración, donde la comunicación fluye de manera efectiva, permitiendo la construcción de relaciones sólidas y la resolución de conflictos de manera constructiva.

La asertividad implica conocer y expresar los propios límites y necesidades sin menospreciar a los demás. Las personas asertivas son capaces de afirmarse sin ser dominantes, lo que contribuye a la creación de un entorno de comunicación respetuoso y positivo.

La comunicación asertiva crea un terreno común donde las personas pueden expresar sus pensamientos y sentimientos sin temor al juicio. Esta habilidad promueve la apertura y la honestidad, construyendo relaciones sólidas y duraderas.

Ejemplos de comunicación asertiva pasiva y agresiva

Situación: Un compañero de trabajo siempre toma mérito por tu trabajo.

Estilo Pasivo:

Respuesta Pasiva: No dices nada y permites que tu compañero continúe tomando crédito por tu trabajo. Puedes sentirte frustrado pero evitas el conflicto.

Estilo Agresivo:

Respuesta Agresiva: Te enfrentas de manera dominante y acusadora. Puedes decir algo como: “Siempre coges mis ideas. Deberías aprender a hacer tu propio trabajo en lugar de depender de los demás”.

Estilo Asertivo:

Respuesta Asertiva: Expresas tus sentimientos y proteges tus logros de manera respetuosa. Puedes decir: “Aprecio que valores mis contribuciones, pero me gustaría que reconociéramos el esfuerzo de todo el equipo. ¿Podemos hablar sobre cómo compartir el mérito de manera más equitativa?”.

Situación: Un amigo te pide constantemente favores y te sientes abrumado.

Estilo Pasivo:

Respuesta Pasiva: Aceptas todos los favores sin expresar tus propias necesidades ni límites. Te sientes resentido, pero no lo comunicas.

Estilo Agresivo:

Respuesta Agresiva: Te enfadas y le dices a tu amigo: “Siempre estás pidiendo cosas. ¿No puedes hacer nada por ti mismo?”. Puedes generar conflicto sin resolver el problema subyacente.

Estilo Asertivo:

Respuesta Asertiva: Expresas tus sentimientos y estableces límites de manera clara pero amable. Puedes decir: “Valoro nuestra amistad y quiero ayudarte, pero últimamente me siento un poco abrumado. ¿Podemos encontrar una manera de equilibrar las cosas para ambos?”.

Situación: Tu pareja hace constantes críticas sobre tus elecciones de vida.

Estilo Pasivo:

Respuesta Pasiva: Aceptas las críticas sin defender tus decisiones. Puedes sentirte herido pero evitas el conflicto.

Estilo Agresivo:

Respuesta Agresiva: Te defiendes de manera hostil, diciendo algo como: “Tú siempre estás criticándome. ¿Por qué no puedes dejar de meterte en mi vida?”.

Estilo Asertivo:

Respuesta Asertiva: Expresas tus sentimientos y defiendes tus elecciones de manera respetuosa. Puedes decir: “Aprecio tu preocupación, pero me siento más cómodo tomando mis propias decisiones. ¿Podemos hablar sobre cómo apoyarnos mutuamente en lugar de criticarnos?”.

 

Estos ejemplos ilustran cómo los diferentes estilos de comunicación pueden afectar la forma en que manejamos situaciones cotidianas, y cómo la asertividad puede ser una herramienta efectiva para expresar nuestras necesidades y mantener relaciones saludables de cualquier tipo.

 

Conclusión

Reconocer y entender los diferentes estilos de comunicación es fundamental para el crecimiento personal y la construcción de relaciones saludables. El desarrollo de habilidades asertivas nos empodera para expresar nuestras necesidades de manera efectiva, al tiempo que fomenta la conexión auténtica con quienes nos rodean. Encuentra tu voz asertiva, y descubre cómo esta habilidad puede transformar tu vida y tus relaciones.

 

BIBLIOGRAFÍA:

González, L. G., & Kasparane, A. G. (2009). Asertividad: un análisis teórico-empírico. Enseñanza e investigación en psicología14(2), 403-425.

Recio, J. J. (2013). Comunicación y asertividad.

Andrea García es psicóloga General Sanitaria, con formación en terapia sexual y de pareja, especializada en terapia online para adultos. Está formada, además, en instrucción en yoga y tiene interés especial en las relaciones, trauma, apego y las terapias basadas en Mindfulness.